R: Se requiere trascender el ego hacia el yo
libre (cuántico), cuando hay un movimiento de la
conciencia de atención sin esfuerzo
(desidentificación) entre el sujeto y los objetos. En ese
estado, es posible liberar y expandir la conciencia pues la
intención de elegir se encuentra lejos de una
respuesta de la memoria. En la nueva respuesta, se trasciende la
identidad ordinaria identificándose ahora con el yo
expandido.
Después de habernos aproximado a la
relación de la física con la conciencia, estamos
ahora en condiciones de aventurarnos en dar una respuesta a la
pregunta fundamental de ¿qué es la conciencia? Para
esto responderemos las siguientes dos preguntas que se plantea
Francisco Varela, cuando nos dice:
Nos encontramos dentro de un dominio cognoscitivo del
cual no podemos salir, o decidir dónde comienza o
cómo se crea.
¿Cómo se crea la conciencia?
Para contestar la pregunta, de cómo se crea la
conciencia, empecemos describiendo la investigación
efectuada en el campo de la meditación
disipativa, que toca los aspectos que conciernen en torno a
este concepto.
El proceso autonómico presentado en este trabajo
emergió, en forma intuitiva, a fines de los 80 como un
modelo modular de meditación, cuya característica
era combinar simultáneamente, aspectos del hemisferio
izquierdo y derecho del cerebro, de tal modo, de producir un
efecto resonante de interferencias de ondas neurológicas.
El resultado fenomenológico era tratar de producir una
imagen de realidad virtual (holográfica). Con el avance de
la tecnología en la medición de las etapas del
proceso de un instante de conciencia (F. Varela) se
comprendió que el modelo de percepción no ordinaria
(en meditación) no era más que una
réplica de las etapas de lo que ocurre en un instante de
conciencia ordinaria.
Como veremos, el desarrollo futuro de este modelo tiene
múltiples aplicaciones en todas las actividades humanas.
Puede representarse como el descubrimiento del ADN de la
información del siglo XXI. La descomposición del
proceso de la comunicación en sus partes visibles y
ocultas. El despliegue de la estructura interna y la confluencia
del presente, el pasado y el futuro del proceso de la
conciencia.
El hombre no ha descubierto aún lo que le permite
descubrir. Como sostiene el Dalai Lama, "todo el tiempo utiliza
su conciencia y no sabe qué es ni cómo funciona".
Si consideramos, a la luz de la investigación de un
instante de conciencia (F. Varela), que la percepción de
una realidad constituye un proceso y contiene etapas, a pesar que
lo sentimos y creemos instantáneo, y si logramos
reproducir o modelar ese proceso, se podría construir una
realidad alternativa.
Sabemos que la conciencia puede considerarse como un
sistema abierto (por interacción con el medio) y
ésta es una particularidad de las estructuras disipativas.
También está, permanentemente, expuesta a
fluctuaciones, por los quiebres o crisis que debe consumir
(disipar) para mantener la coherencia y equilibrio del sistema.
Entonces, diseñar un modelo de estructura disipativa con
participación de las etapas del proceso de un instante de
conciencia, permitiría reproducir la conciencia ordinaria
de la realidad.
¿Qué ocurre en un instante de conciencia?
De acuerdo a las últimas investigaciones, sucede un
proceso en cuatro etapas. Por ejemplo, para tomar un lápiz
para escribir[14]Primero, enfocamos la
atención a una intención de escribir;
luego, reconocemos (recordamos o imaginamos) la forma de
un lápiz; enseguida, sincronizamos nuestra
mente-cuerpo para tomar el lápiz; por último,
respondemos tomando el lápiz y termina ese
instante de conciencia para comenzar otro, como es el escribir,
olvidando el anterior. Así, ocurren infinidad de instantes
de conciencia, que se van coordinando en una historia personal.
Durante el proceso de la toma de conciencia ordinaria, permanecen
ocultas las etapas de reconocimiento y sincronización
mente-cuerpo. De lo único que somos conscientes, son la
intención y respuesta inmediata. Todo trascurre en un
instante del tiempo.
El modelamiento de esta forma de percibir un instante de
conciencia, nos permite crear conciencia de una historia de una
realidad alternativa. El modelo de Meditación Disipativa
(MD) contempla las etapas o módulos señalados
(intención, imaginación, sincronización,
respuesta) en donde se fabrica (o construye) una realidad en
la continuidad del proceso autonómico.[15]
Desde este punto de vista, el modelo se aproxima a la
percepción de la realidad ordinaria. En el límite,
ambas realidades se confunden.
Todas estas claves de la conciencia se fueron
desplegando en el conjunto de la obra del autor. Después,
seguimos con un modelo de cambio de conciencia y la
participación de los agentes del cambio: conciencia,
referencia, estructura, actor y des-identificación del
proceso. De la interacción de los módulos y el
modelo de cambio de conciencia emerge la estructura del proceso
autonómico: intención, objeto de
atención, reconocimiento, sentido y sensación.
Ahora, en Espacios de la Mente, se concluye que para
trascender el ego se debe interferir el reconocimiento de la
memoria clásica para poder alcanzar el reconocimiento
de la memoria cuántica. Y, con esto, se completa el
proceso de transformación de la conciencia:
motivación, iniciación, aprendizaje, desarrollo,
maestría, meditación e
iluminación.
¿Qué tipos de conciencia
existen?
Una de las características de la conciencia es su
funcionalidad dual,[16] dependiendo del espacio en
que se encuentre. Al igual que los diferentes estados de la
materia tienen propiedades particulares, la conciencia en cada
uno de los dos espacios, sensorial (ordinario) y
cuántico (complejo) tiene sus propias propiedades.
Quizás esta característica de la conciencia, sea
uno de los principales elementos que tenga incidencia en el
proceso de desarrollo y evolución de la conciencia. La
percepción de cualquier estímulo externo (visual,
auditivo, táctil, etc.) es dual, pues contiene
simultáneamente tanto una estimulación corporal
(ojo, oído, piel, etc.) como una señal de una
función no corporal (visión, audición,
tacto, etc.). "En un principio, no existía el tacto, o la
vista, o el oído, o el movimiento por sí mismos. En
lugar de eso había una sensación del cuerpo a
medida que éste tocaba, veía, oía o se
movía." (El error de Descartes. A. Damasio)
En conciencia sensorial (ordinaria), presenta las
propiedades de adosarse a un envase (cuerpo) con
características propias de la materia, de inmovilidad, de
identidad o pertenencia, de ubicuidad, de temporalidad. En
cambio, la conciencia cuántica de estados alterados (no
ordinarios), adopta propiedades de deslizamiento de su
sensación de envase (cuerpo) con características
aproximadas a la energía, de movilidad, de trascendencia
de la identidad, del espacio y del tiempo. Una
característica importante de la conciencia en ambos
espacios sensorial y cuántico (ordinario y complejo) es
que la fijación de la atención, permite discriminar
la propiedad específica en que nos encontremos. Así
por ejemplo, si nos encontramos en conciencia sensorial
(ordinaria), podemos prestar el foco de atención en un
momento a sentir la conciencia en nuestro cuerpo, o a nuestra
ubicación espacial y temporal, tomando esta experiencia
como real en este campo. En espacios cuánticos
(complejos), podemos prestar atención al cambio de
identidad o trascendencia del espacio y del tiempo y
también considerarla real en este otro campo
transpersonal. En ambos casos, es una experiencia virtual de
observador-participante.
Obtener el equilibrio de los dos espacios de la
conciencia (sensorial y cuántico), permite un desarrollo y
evolución de la conciencia saludable, que puede tener
enormes repercusiones en el funcionamiento de la humanidad.
Mantenerse en un solo espacio "es incompatible con un
comportamiento adecuado y con la supervivencia en el mundo
cotidiano". La integración de ambas formas de percibir la
realidad, contribuye a una "salud mental genuina". De ahí
que, desplazar la orientación, de un espacio al otro,
contribuye a un desarrollo sano y eficiente del funcionamiento de
la conciencia. Sin embargo, este no es el paradigma que prevalece
en nuestra cultura hasta ahora. La cultura occidental, ha tenido
por eje en su paradigma de funcionamiento de la conciencia de un
solo espacio (sensorial), con claro predominio en este contexto,
de la materia sobre la energía. La educación,
salud, trabajo y comunicación, están orientadas con
el paradigma de la conciencia como materia. Sin embargo, hay
indicios y esperanzas que esto vaya cambiando en las
próximas décadas. Con el avance de la ciencia y el
reconocimiento de las nuevas formas de vida y aplicaciones de la
tecnología de la conciencia dual, estamos cada vez
más cerca del cambio de paradigma desde la conciencia como
materia (sensorial) hacia la conciencia como energía
(cuántica).
Uno de los aspectos que contempla la visión de la
dualidad de la conciencia, se refiere a la forma de percibir del
cerebro. Se puede primero percibir con los cinco sentidos en
conciencia sensorial (ordinaria) y segundo, se puede percibir con
la estructura cerebral cuántica (u holonómica). Se
sabe que el cerebro puede actuar de dos formas para recordar:
tener localizado la función de la memoria en un lugar del
cerebro o también, tener disperso en todo el cerebro la
función de la memoria (como un holograma). De ahí
que podemos decir, que somos individuos (con sus sentidos) y
también somos seres holoides (con estructura cerebral
holonómica). Esto significa que toda la información
(recuerdos) del universo se encuentra en nuestro cerebro y que en
condiciones especiales (estados alterados) podemos acceder a esta
información. Así, toda la información del
pasado, presente y futuro está contenida en nuestra
estructura cerebral y de hecho nunca estamos desconectados de los
demás. Entonces, todos los recursos ya los tenemos y solo
debemos buscar una forma para extraerlos de nuestro interior.
Esto es lo que persigue la funcionalidad integral de la
conciencia a través de la meditación
cuántica.
Es sumamente importante, que desde ya se inicie el
proceso de cambio, de adaptarse a la funcionalidad integral de la
conciencia, en todos los ámbitos de la cultura y
educación, en su más amplio sentido. Si esto es
así, traerá profundos cambios en la forma de
percibir y actuar en el mundo del mañana.
Llevar a cabo este salto, no requiere de grandes cambios
tecnológicos en el sentido de incorporar maquinaria y
equipos. Sólo se requiere de un cambio en el modo de
pensar y de hacer las cosas. Es más bien un cambio en la
percepción y enfoque de la atención en el otro
espacio de la conciencia, cuántico, que
históricamente hemos dejado en el olvido. Es volver a
recordar lo que somos y llegaremos a ser.
¿Cómo comienza la conciencia?
Al igual que el Big Bang es el origen del tiempo y del
universo que conocemos, la conciencia tiene un origen que va
evolucionando en el tiempo. Cada experiencia consciente forma
parte de nuevos comienzos o intenciones de otros actos
conscientes. De acuerdo a los procesos autopoiéticos y de
estructuras disipativas, la estructura de la conciencia se
mantiene ante cambios internos de organización. La
conciencia es libre, desde el punto de vista de los cambios que
determinan su organización pero también su
estructura está determinada y se mantiene estable frente a
estos cambios. Esto nos lleva a pensar que la estructura de la
conciencia guarda un esquema de comportamiento estructurado
arquetípico constante que habría sido el comienzo
de la conciencia: el impulso inicial del proceso de la
conciencia.
Ya lo habíamos dicho:
Existe una estructura arquetípica (naturaleza
interna) de la conciencia que permanentemente actúa e
influencia, como un eco, a la conciencia personal, desde lo
más profundo de nuestra psiquis. Esta estructura
está conformada en un sentido de desarrollo evolutivo.
Cada persona, lo sepa o no, está pasando por los niveles
de la estructura arquetípica. La estructura de
comportamiento manifestada en nuestra conciencia personal,
señala el campo o nivel de la estructura
arquetípica en que nos encontraríamos conectados en
ese momento al interior de nosotros mismos. Es decir, que la
realidad ordinaria estaría conectada de alguna forma a un
nivel arquetípico de la conciencia, lo que significa que
lo que acontezca en un estado se replica en el otro estado. Los
cambios que personalmente experimenta una persona son el reflejo
de cambios de nivel en las estructuras arquetípicas.
Siempre está "palpitando" en lo profundo algún
nivel de la estructura arquetípica que manifiesta sus
efectos indirectamente en la conciencia personal. En cierta
medida, podemos decir, que estamos permanentemente conectados o
comunicados con las diferentes formas de la naturaleza: vegetal,
animal, mineral y con los diferentes espacios y tiempos de la
naturaleza. Estas "formas" pueden estar actuando en eco y en
resonancia con nuestra conciencia, situación que puede
originar algunos síntomas que al hacerse conscientes
mediante la meditación, el organismo se libere del mismo
al consumirse la "forma" en el proceso. La estructura
arquetípica está influenciada por la cultura,
educación, medio ambiente, entorno familiar.
También situaciones de estrés, conflictos internos,
aburrimiento, ansiedad, depresión, frustraciones y
cualquier cosa que produzca tensión nerviosa, activan
efectos psicosomáticos que se traducen en
predisposición a enfermar de úlceras al
estómago, enfermedades al corazón,
hipertensión sanguínea, molestias digestivas, asma
bronquial, etc. De ahí que podemos afirmar, que algunas
estructuras de la conciencia arquetípica son propensas a
favorecer la aparición de enfermedades, y que otras
estructuras de la conciencia arquetípica pueden traer
inmunidad a las enfermedades y la tranquilidad que ofrece la
salud. Cada nivel de la estructura arquetípica de la
conciencia puede manifestarse como reflejo en nuestra vida
personal en forma débil o llegar sus alcances hasta la
profundidad de nuestra vida.
Ahora, cómo las estructuras arquetípicas
del pasado remoto tienen efectos en el presente y futuro de
nuestra conciencia, es posible responder que, para que esto
ocurra, debemos considerar, que existe un efecto no-local entre
dos elementos vinculados en algún tiempo inicial, que
trasciende la comunicación espacio-temporal entre ellos.
Entonces, se logra el vínculo al conectarse o
interaccionar -por ejemplo- un sonido y una imagen del presente,
quedando estos dos elementos comunicados, independiente del
espacio o tiempo que los separe. Dado que el sonido, que lleva
información que no se pierde[17]es una
vibración que está vinculada no-localmente con
todas las vibraciones del universo del pasado, presente y futuro,
que, a su vez, está vinculada con la imagen del presente
que "atrae" la posibilidad de un encuentro virtual, relacionado
con el tema de la intencionalidad inicial buscada.
En resumen, la conciencia o el primer acto de conciencia
fue una configuración arquetípica, que dio origen
al "Big Bang" de la conciencia y, que continuó con el
tiempo, en procesos recursivos (autopoiéticos) que fueron
desplegando una historia (evolución) de la conciencia
individual y colectiva. Entonces, podemos terminar Espacios
de la mente haciendo una síntesis de los puntos
centrales en que se tocan la física con la conciencia: un
nuevo paradigma de evolución de la conciencia.
La conciencia trasciende la materia y
energía.La conciencia comienza desde el origen del
universo.La conciencia está condicionada en una
estructura arquetípica.La conciencia está inserta en una estructura
disipativa.La conciencia es parte de un sistema
complejo.La conciencia está conectada a todo el
universo.La conciencia es un proceso
autopoiético.La conciencia es un proceso que se crea y desaparece
a cada instante.La conciencia tiene intención,
reconocimiento, sincronización y respuesta.La conciencia percibe antes que se produzca la
intención y respuesta.La conciencia es libre de nuestro "yo".
La conciencia contiene a la memoria: clásica
o cuántica.La conciencia cuántica emerge sólo al
perturbar la memoria clásica.
Conclusión
Así, como en su teoría de las
Inteligencias Múltiples, Gardner nos muestra,
metafóricamente, la evolución de la conciencia,
Espacios de la Mente, busca encontrar esa parte que se encuentra
lejos y perdida en el tiempo; un viaje a lo más profundo
de nuestra interioridad: la inmersión en la Memoria
Cuántica, No-local.
El viaje, comienza con un desplazamiento de
la conciencia por los diversos cerebros y múltiples
realidades (inteligencias) y lenguajes a que nos exponemos en
estos movimientos de la conciencia. La primera realidad a la que
estamos acostumbrados, con nuestra forma de vida occidental,
tiene predominio el lenguaje verbal, de la inteligencia
lingüística del cerebro intelectual. La segunda
realidad, nos sumerge en el mundo del lenguaje mudo, de la
inteligencia espacial, del cerebro holístico. La tercera
realidad es un salto cuántico al lenguaje emocional, de la
inteligencia musical, del cerebro de mamífero. La
última realidad es el encuentro con el lenguaje intuitivo,
del cerebro de reptil. De las combinaciones e interacciones
(paradoja) de las múltiples inteligencias, emerge la
realidad virtual de la inteligencia
transpersonal-compleja.
Espacios de la Mente es un proyecto que le
permitirá descubrir esa Gran realidad intuitiva que
está escondida, entre la sombra y claridad de la
conciencia: la Memoria Cuántica, No-local. Entre sus otros
cerebros e inteligencias, se abrirá para usted un mundo de
realidades virtuales cambiantes: Viajaremos maravillados por la
evolución de la conciencia a través de vivir la
experiencia del ciclo evolutivo en los niveles transpersonales y
de la Mente. ¿Qué siente el águila?
¿Cómo vive el primitivo en su caverna? O,
más aún, ¿cómo fue la creación
del Universo y los planetas? Este trabajo, es una síntesis
de un modelo de evolución de nuestra conciencia y de los
medios para alcanzar la Memoria Cuántica, No-local en el
nivel de la Mente: un nuevo paradigma de la Evolución de
la Conciencia.
Podemos concluir, ahora, que el proceso de la
meditación compleja-cuántica o proceso
autonómico, reseñado en este trabajo permite ser
testigo de la creación de la realidad, de la libertad del
ego y de la apertura a la esencia del Ser.
Bibliografía
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– (2009). ¿Es real la realidad?
Barcelona: Herder.
Autor:
Omar Peña
[1] Contemplación de los
fenómenos tal cual ocurren, en su esencia, sin revestir
de apariencias, referencias, conceptos, teorías y otros
agregados.
[2] Se tomó como referencia, algunos
de los ejercicios del texto de Roger-Pol Droit “101
experiencias de filosofía cotidiana”.
[3] Eduardo Punset señala que aunque
los procesos de imaginar o ver son muy similares los sentimos
diferenciados: “cuando imaginamos, efectivamente
está activado el sistema visual, pero se desactiva la
entrada de datos auditivos, somatosensoriales y visuales del
ojo, y se inhiben estas áreas en el cerebro. Si no se
inhiben estas áreas, lo que estamos haciendo es ver.
Todos los sentidos están actuando y nos estamos
preparando para actuar. Sin embargo, cuando imaginamos, hay
zonas “desconectadas”: no se pretende actuar y, por
tanto, sólo se activa parcialmente el sistema
visual.” El Alma está en el cerebro. Eduardo
Punset.
[4] R. Ortega, V. López y F. Aboitiz
señalan en el artículo Atención e
integración multimodal, “que los tiempos de
reacción resultan significativamente menores ante
estímulos bimodales (auditivos y visuales), que ante
estímulos de una sola modalidad”. Además,
estos autores describen que J.O. Miller sostiene que su
“modelo de coactivación interactiva” plantea
que la presencia de un estímulo en una modalidad
influencia el procesamiento de un estímulo en la otra
modalidad y que la coactivación por estímulos
bimodales es mayor que la suma de las activaciones de cada uno
de los estímulos independientes. (Ciencias de la mente.
E. Kronmüller & C. Cornejo).
[5] Señala Damasio, en El error de
Descartes: “propongo que la subjetividad emerge, cuando
el cerebro está produciendo no sólo
imágenes de un objeto, no sólo imágenes de
las respuestas del organismo al objeto, sino, el de un
organismo en el acto de percibir un objeto y responder a
él”.
[6] El Gran diseño de S. Hawking y L.
Mlodinow; Nuevos paradigmas a comienzos del tercer milenio de
A. Fischer.
[7] El término “creod”
proviene de las palabras griegas chreia “necesidad”
y odos “un camino”.
[8] Campo Punto Cero (CPC) de acuerdo a la
física cuántica, respecto de la naturaleza
fundamental de la materia, corresponde a un “mar pulsante
de energía” y vibraciones microscópicas
existente en el espacio entre las cosas. Es decir, todo
está conectado con todo lo demás en una trama
invisible.
[9] Lilly sostenía la existencia de
otros modos de comunicación, ante los que el lenguaje
humano devendría en obsoleto, porque las palabras
humanas son incapaces de expresar a cabalidad: experiencias y
emociones. Según Lilly, una civilización
extraterrestre superior, emplearía estas formas
totalizadoras de comunicación. Este tipo de experiencias
indujo a Lilly a profundizar en el conocimiento de los estados
de conciencia. A este fin diseñó cámaras
de aislamiento sensorial, para flotar horas y horas. En los
tanques, el cerebro se liberaba completamente de estas tareas,
quedando libre para ocuparse de cosas más trascendentes.
El cerebro izquierdo, el verbal, el racional quedaba de lado
para dar paso al derecho, artístico, imaginativo. Es
interesante investigar el lenguaje auditivo de los delfines y
murciélagos. Probablemente la perturbación de los
impulsos sonoros, inaudibles al ser humano, puedan provocarle
una imagen acústica y percepción ampliada y
ecológica de la realidad, más allá de ser
sólo un instrumento para ver obstáculos en el
camino. Además, “parece incluso que su sistema
acústico le proporciona también
“radiografías” acústicas, es decir,
información sobre la composición interna de los
objetos”. (¿Es real la realidad? Paul
Watzlawick).
[10] Los módulos del proceso
autonómico están referidos al tipo de lenguaje
utilizado, como elemento simple de activación de
emergencias globales. La palabra es el principio de la
creación. “Es el hacer y el saber, la
acción sobre el mundo y la visión del
mundo”. Es un medio complejo de acción sobre la
realidad. Las palabras serían la expresión o
emergencia de una estructura interior y profunda de la
realidad. Se dice que existe una relación
“mágica” entre la palabra, el sonido
rítmico, el momento, lugar y disposición e
intencionalidad y que, con ello, estaríamos actuando en
los tres cerebros (corteza, de mamífero y de reptil). De
la interacción de estos, se produce la paradoja,
conflicto producido en la mente, holística,
plástica y de acción dinámica, con las
estructuras lineales y dualistas de nuestros modos habituales
de expresión lingüística. El proceso
comienza tomando conciencia de nuestra naturaleza ancestral de
los orígenes de nuestros antepasados primitivos, cuya
vida transcurría en un permanente estado de
supervivencia diaria enfrentada a los rigores de la
época de las cavernas. Se continúa con el proceso
de experimentar el instinto de conservación de la
especie, a través de sentir por los demás en una
identificación plena con la conciencia grupal de la
especie humana. Ambos estados son determinantes de las
características de la conciencia del cerebro de reptil.
El proceso evolutivo de la conciencia posteriormente se tradujo
en un salto hacia la conciencia de emociones, que se asocia al
cerebro de mamífero. Esto se consigue en la
experimentación de los estados emotivos que contemplan
la conciencia arquetípica del fuego, tierra, aire y
agua. La nueva conciencia, obtenida con el desarrollo de los
dos cerebros anteriores, permite alcanzar el último
estado de la visión interior cósmica.
[11] El error de Descartes. Antonio
Damasio.
[12] Lemuria es el nombre de la última
parte del Gran continente que existió en el
Pacífico Mu. La verdadera destrucción de Mu y su
subsiguiente hundimiento empiezan en los 30,000 AC. Esta
acción continuó por muchos miles de años
hasta que la última porción del antiguo Mu,
conocido como Lemuria fue también sumergida en una serie
de nuevos desastres, los cuales terminaron entre 10,000 y
12,000 AC.
[13] La física del Alma. A.
Goswami.
[14] En Desarrolle su cerebro, Joe Dispenza
describe ocho pasos que realiza nuestro cerebro para levantar
un lápiz que contemplan una cascada de potenciales de
acción de un conjunto de neuronas en diferentes
áreas del cerebro para provocar la acción
coordinada del movimiento en sus brazos y manos: pensamiento de
levantar lápiz; ojos ven el lápiz; lóbulo
occipital registra imagen; lóbulo temporal asocia imagen
de lo visto con recuerdos de lápices; lóbulo
frontal permite mantener atención e intención de
inclinarse a tomar lápiz; lóbulo frontal y
lóbulo parietal ayudan a iniciar acción de
movimientos de brazos, manos y dedos; lóbulo parietal
permite sentir lápiz en la mano; el cerebelo coordina
los movimientos motrices finos.
[15] En el artículo Ideas para
naturalizar el estudio de la conciencia, Eugenio
Rodríguez plantea, respecto a los sistemas cognitivos
del proceso de la conciencia, como sistemas dinámicos
autopoiéticos, que se inician “con la
aparición en la “mente” de un objeto visual
con sentido…que son sistemas intrínsecamente
dotados de una interesante forma de memoria…que la
constitución de un objeto mental se acompaña de
una actividad emergente autoorganizada entre amplias regiones
corticales que se manifiesta como sincronía neural a
larga distancia… que dicha dinámica disponga de
muchos, quizás una infinidad de atractores.”
(Ciencias de la mente. E. Kronmüller & C.
Cornejo).
[16] Según señala A. Damasio,
cada percepción sensorial genera una señal doble:
una señal corporal, originada desde la entrada del
órgano sensorial y una señal no corporal por la
funcionalidad del sentido estimulado.
[17] S. Hawking sostiene que cuando algo cae
en un hoyo negro, la información que contiene no se
destruye. Por otra parte, todos los átomos del universo
están vinculados en su origen, el Big Bang por lo cual
están comunicados más allá del tiempo, del
espacio y de la forma (identidad) que adquieran en
él.
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